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La unión europea se da barra libre hasta 2024

En marzo de 2020 en plena pandemia del Covid-19, las instituciones europeas acordaron dejar en suspenso el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, es decir, las reglas fiscales de control del gasto y déficit público en los Estados de la UE. Se trataba de permitir que pudieran reaccionar rápidamente y adoptar medidas de emergencia para mitigar el impacto económico y social de la crisis. La acción política coordinada amortiguó el golpe económico y preparó el camino para una sólida recuperación en 2021. Todo hacía pensar que en a finales de este año Bruselas volvería a la ortodoxia presupuestaria y los recortes acabarían con las alegrías expansivas de inversión pública. Sin embargo, Putin se ha encargado con su invasión de Ucrania de alargar el periodo de barra libre para las teorías keynesianas, que en esta ocasión pretenden esquivar el riesgo de estanflación – inflación sin crecimiento – y la consiguiente pérdida de empleo en los 27.

SEMESTRE DE PRIMAVERA 2022

El paquete de primavera del Semestre Europeo 2022 de la Comisión Europea proporciona a los Estados miembros apoyo y orientación dos años después del primer impacto de la pandemia de COVID-19 y en medio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Según las Previsiones económicas de primavera de 2022, la economía de la UE seguirá creciendo en 2022 y 2023. Sin embargo, aunque la economía europea viene dando muestras de resiliencia, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha creado un nuevo entorno, agravando los obstáculos al crecimiento preexistentes, que antes se esperaba que disminuyeran. También plantea nuevos retos para las economías de la UE en relación con la seguridad del suministro energético y la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia. La necesidad de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles procedentes de Rusia nunca ha sido más evidente. REPowerEU se propone reducir rápidamente nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos acelerando la transición limpia y aunando fuerzas para lograr un sistema energético más resiliente y una verdadera Unión de la Energía.

ORIENTACIONES EN POLÍTICA FISCAL

Las políticas encaminadas a mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía y apoyar a las personas que huyen de la agresión militar de Rusia contra Ucrania contribuirán a una orientación expansionista de la política fiscal en 2022 para el conjunto de la UE. En este contexto no tiene sentido la vuelta a la estabilidad presupuestaria. Pero es que además, la política fiscal debe incrementar la inversión pública para la transición ecológica y digital y la seguridad energética. Eso no es óbice para que la política fiscal deba ser prudente en 2023 y controlar el crecimiento del gasto corriente primario financiado a nivel nacional. Además, los planes presupuestarios de los Estados miembros para el próximo año deben apoyarse en sendas de ajuste prudentes a medio plazo que reflejen los desafíos de sostenibilidad asociados a unos elevados niveles de deuda con respecto al PIB. Por último, la Comisión Europea concluye que la política presupuestaria debe estar preparada para ajustar el gasto corriente a la evolución de la situación.

BARRA LIBRE HASTA 2024

Pero en todo caso, estima que se reúnen las condiciones para mantener la cláusula general de salvaguardia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en 2023 y desactivarla a partir de 2024. El alto grado de incertidumbre y los fuertes riesgos de corrección a la baja de las perspectivas económicas en el contexto de la guerra en Ucrania, las subidas sin precedentes de los precios de la energía y las continuas perturbaciones en la cadena de suministro justifican una prórroga de la cláusula general de salvaguardia en 2023. El mantenimiento de la cláusula general de salvaguardia en 2023 deja margen para que las políticas fiscales nacionales reaccionen con rapidez cuando sea necesario, al tiempo que permitirá una transición fluida desde el amplio apoyo dado a la economía durante la pandemia a una orientación creciente hacia medidas temporales y específicas ya la cautela presupuestada necesaria para garantizar la sostenibilidad a medio plazo. Bruselas, por tanto, amplía un año la relajación de las reglas fiscales y quita del horizonte el retorno a la austeridad. Lo hace casi sin ningún rechazo político y académico, esperamos que esa unanimidad resulte acertada.