‘The Times They Are A Changin’, que cantaría Bob Dylan. Un cambio que, como decía el mítico cantautor, “sacudirá ventanas y hará vibrar nuestros muros”.
Categoría: Socialverde
Geroa Socialverdes ha celebrado esta mañana su Primer Encuentro de Mujeres Socialverdes. Con este encuentro, ha querido abrir un espacio de reflexión, debate y denuncia de la realidad de las mujeres desde ámbitos y visiones diferentes. La jornada ha contado con un panel de mujeres referentes que han analizado diferentes temáticas. En concreto, se han […]
La etapa de prosperidad que conoció el llamado mundo desarrollado a partir de la segunda mitad del siglo XX, la lucha por los derechos de las y los trabajadores y el compromiso de esos países salidos de las guerras, supusieron unos niveles de coberturas sanitarias, educativas y sociales sin parangón en la historia europea y navarra. Es lo que hemos venido llamando Estado de Bienestar, como herramienta para contribuir a la equidad. Así se fue desarrollando un gran cauce central mayoritario de la sociedad compuesto de clases trabajadoras y medias hacia una sociedad más igualitaria. Se logró más equidad, gracias a la protección social, y sociedades más cohesionadas en las que la mayoría pudiera mirar al futuro con más confianza y estabilidad. Y una movilidad social ascendente o ascensor social, que ha hecho que quienes hoy están por encima de 40 años hayan tenido oportunidades de mejorar sus condiciones de vida. Más igualdad, equidad y justicia social para una sociedad más cohesionada, santo y seña de la Europa y Navarra que deseamos.
Reconozco mi pasión, cariño y sentimiento por Lekunberri, mi pueblo, y Navarra, mi tierra. Eso no excluye mi gusto y reconocimiento de otros lugares del planeta, pues me apasiona viajar, conocer otros lugares, territorios, países y sus culturas y tradiciones. Y en ese sentido, de todos y cada uno de los lugares que he podido estar por motivos personales y/o profesionales, regiones, países, empresas, cooperativas, grupos y/o asociaciones, he aprendido y tomado buena nota de todo aquello aplicable a mi vida personal y profesional, y por supuesto he aprendido de mis propios errores. Es lo que llamamos experiencia, que solo los años, pero especialmente las vivencias y las ganas de aprendizaje y mejora continua, te dan. Pero también el gusto, por lo de aquí, por lo nuestro, ese sentimiento de pertenencia que te dicta que cuanto más viajas más de aquí te sientes, y más reconoces y pones en valor lo más cercano.
“Estos son mis principios y si no le gustan, también tengo otros”. Cuantas veces, por desgracia, hemos repetido esta irónica frase del bueno de Groucho Marx en los últimos tiempos con los vaivenes que nos regala el “reñidero político español”. Y es que para más inri de la política bien traída y ejercida por político/as preparado/as y de firmes convicciones y valores, un ejercicio que debería ser un instrumento para mejorar la vida de la ciudadanía y el progreso de la sociedad, se ha convertido desde hace un tiempo, en justamente lo contrario a ojos de la misma, que mira con cada vez mayor desafección sus idas y venidas, sus dimes y diretes.
La última ocurrencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para convertir su falaz e inútil cuestionamiento del reparto de los fondos procedentes del plan de recuperación Next Generation de la Unión Europea en otra lanza de su cruzada contra los gobiernos progresistas nos invita a reflexionar sobre cuál es el fondo del asunto. El problema no es –o no debe ser- la egolatría de Díaz Ayuso en su particular batalla contra el Gobierno Sánchez o contra Pablo Casado, en este segundo caso en su pugna por el liderazgo de su propio partido. Ni siquiera que en su denuncia ante el Tribunal Supremo no le importe llevarse por delante iniciativas de desarrollo territorial sostenible y emprendimiento en el medio rural, como son los proyectos piloto que, en este sentido, vamos a impulsar en Navarra. Y es que, en realidad, se trata de un recurso interpuesto sin rigor jurídico alguno, cogiendo el rábano por las hojas y que sólo le servirá como una pieza más en su campaña de manipulación, sin importarle el recorrido y resultado práctico que tenga.
Estamos reviviendo estos días una de esas «anormalidades» que sobrellevamos en Navarra como normales, y que en cualquier otra parte del Estado Español o de Europa sería escandaloso o al menos «anormal».
Un peaje con mala sombra
La obra pública -carreteras, canales y grandes infraestructuras- ha representado históricamente avance y satisfacción para grandes necesidades en la sociedad. Al mismo tiempo ha supuesto una tentación para convertirse en iconos de gobernantes que querían dejar legados para la posteridad, a la vez que generación de empleo y riqueza para quien explotara de alguna manera la obra pública. Si las diferentes civilizaciones nos dejaron monumentos como los acueductos o las grandes vías de comunicación, en la sociedad democrática actual la construcción de infraestructuras exige no sólo inaugurar la obra, sino mantenerla y financiarla de una manera sostenible.
Euskera, motor de convivencia
El de la política lingüística es uno de los temas que, recurrentemente, provoca encendidos debates en el Parlamento Foral y en otras instituciones públicas de Navarra. Debates, en demasiadas ocasiones en términos gruesos, en los que a menudo se introducen elementos externos que distorsionan el diálogo y poco tienen que ver con el idioma. Y en los que se echan en falta tanto una intención didáctica como, sobre todo, una escucha profunda que realmente nos permitan la comprensión de las razones de “la otra parte”.
La Humanidad Se Mueve III
Hemos dejado la solución a nuestros problemas de movilidad en manos de los ingenieros y estos nos han devuelto lo único que pueden ofrecernos: soluciones técnicas. Esos ingenieros, si acaso con ayuda de arquitectos y urbanistas, nos han creado espacios urbanos diseñados no a la medida de las personas, sino de sus vehículos.